El presidente de Endesa, Borja Prado (Efe).
Agustín Marco - Sígueme en Twitter 06/03/2012 (06:00h)
Endesa tiene el consejo de administración más pequeño de todas las empresas del Ibex 35, pese a ser la octava empresa más grande de la bolsa española. Solo cuenta con ocho miembros, de los cuales dos son independientes. Sin embargo, la empresa presidida desde hace casi tres años por Borja Prado tiene en nómina a asesores o consejeros que representan a los tres principales partidos políticos de España. La última, Elena Salgado, como adelantó ayer El Confidendial
Prado fue nombrado presidente de Endesa el 24 de marzo de 2009, poco después de que Enel se hiciera con la compañía eléctrica española tras una dura pugna con Gas Natural primero y con E.On, después. Desde aquel momento, el que es al mismo tiempo representante de los intereses de Mediaset/Telecinco en España se ha rodeado de una serie de personas influyentes en la arena política. En concreto, un expresidente de Gobierno, dos vicepresidentes y ministros de Economía y un jefe de gabinete.
En primer lugar, Prado fichó a José María Aznar a finales de 2010, como publicó este medio en exclusiva a principios de 2011. Posteriormente, en marzo del pasado año, el presidente de Endesa consiguió que su matriz, Enel, hiciera un hueco en su consejo de administración a Pedro Solbes, vicepresidente y ministro de Economía del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero hasta marzo de 2009.
Posteriormente, en julio también del año pasado, Prado contrató a David Madí como presidente del consejo asesor de Endesa en Cataluña. Madi, que sustituyó al socialista Antón Costas, era el hombre de confianza de Artur Mas, actual presidente de la Generalitat, y el ideólogo de las campañas electorales de Convergencia i Unió. De hecho, había dejado la oficialmente la política después de que el partido nacionalista ganara las elecciones de noviembre de 2010.
La relación con CiU va más allá del papel de Madí. Prado, que también es presidente ejecutivo en España de Mediobanca, uno de los tres grandes bancos italianos, tiene en su consejo a Miguel Roca Junyent, uno de los hombres fuertes del partido catalán hasta mediados de los noventa. Roca, que tiene la calificación de independiente, está también en el consejo de administración de ACS, compañía que tiene como banco asesor principal al citado Mediobanca. Entre otras operaciones, esta entidad fue la que intermedió la compraventa del 25% de Abertis por 1.800 millones, grupo del que el propio Roca es secretario del consejo de administración.
El abogado nacido en Francia fue uno de los que, junto con Aznar, presionó a CiU y al PP para que el Gobierno eliminara las limitaciones de voto en las empresas cotizadas, un cambio regulatorio aprobado en el verano de 2010 y que facilitaba que empresas como ACS pudieran tomar el control de Iberdrola. Aquella nueva norma, tramitada a través de una modificación de la ley de auditorias, fue aprobada por iniciativa del PSOE, el respaldo de Convergencia y la abstención del PP.
Prado es un financiero próximo a Florentino Pérez, cuyo holding, ACS, es el mayor accionista de Iberdrola, con el 18,5% del capital. Ya le ayudó en su día a tomar el control de Dragados sin lanzar una OPA por la totalidad del capital y después a vender el 45% de Unión Fenosa por 7.600 millones. Además, es uno de sus principales prestamistas en la compra de acciones de la eléctrica presidida por Ignacio Sánchez Galán.
De Guindos y Zapatero
Borja Prado siempre ha contado con un equipo de peso. Hasta diciembre tuvo en el consejo de administración de Endesa a Luis de Guindos, actual ministro de Economía y durante los últimos años uno de los asesores de cabecera en la oposición de Mariano Rajoy. De Guindos dejó su puesto cuando tomó la cartera ministerial tras percibir casi 360.000 euros en retribución del grupo energético.
Con anterioridad, Prado había mostrado su apoyo a las políticas industriales de Miguel Sebastián. En distintas ocasiones se fotografió con el exministro de Industria, especialmente en los actos de lanzamiento del proyecto del coche eléctrico, una iniciativa denostada por el resto de competidores, como Iberdrola, Gas Natural y Repsol.
También fue uno de los empresarios que viajo con Sebastián y con el propio Zapatero a China para respaldarlos en sus reuniones con el Gobierno del país comunista para atraer inversión a España, tanto en la compra de empresas como para la adquisición de deuda española.
Prado fue nombrado presidente de Endesa el 24 de marzo de 2009, poco después de que Enel se hiciera con la compañía eléctrica española tras una dura pugna con Gas Natural primero y con E.On, después. Desde aquel momento, el que es al mismo tiempo representante de los intereses de Mediaset/Telecinco en España se ha rodeado de una serie de personas influyentes en la arena política. En concreto, un expresidente de Gobierno, dos vicepresidentes y ministros de Economía y un jefe de gabinete.
En primer lugar, Prado fichó a José María Aznar a finales de 2010, como publicó este medio en exclusiva a principios de 2011. Posteriormente, en marzo del pasado año, el presidente de Endesa consiguió que su matriz, Enel, hiciera un hueco en su consejo de administración a Pedro Solbes, vicepresidente y ministro de Economía del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero hasta marzo de 2009.
Posteriormente, en julio también del año pasado, Prado contrató a David Madí como presidente del consejo asesor de Endesa en Cataluña. Madi, que sustituyó al socialista Antón Costas, era el hombre de confianza de Artur Mas, actual presidente de la Generalitat, y el ideólogo de las campañas electorales de Convergencia i Unió. De hecho, había dejado la oficialmente la política después de que el partido nacionalista ganara las elecciones de noviembre de 2010.
La relación con CiU va más allá del papel de Madí. Prado, que también es presidente ejecutivo en España de Mediobanca, uno de los tres grandes bancos italianos, tiene en su consejo a Miguel Roca Junyent, uno de los hombres fuertes del partido catalán hasta mediados de los noventa. Roca, que tiene la calificación de independiente, está también en el consejo de administración de ACS, compañía que tiene como banco asesor principal al citado Mediobanca. Entre otras operaciones, esta entidad fue la que intermedió la compraventa del 25% de Abertis por 1.800 millones, grupo del que el propio Roca es secretario del consejo de administración.
El abogado nacido en Francia fue uno de los que, junto con Aznar, presionó a CiU y al PP para que el Gobierno eliminara las limitaciones de voto en las empresas cotizadas, un cambio regulatorio aprobado en el verano de 2010 y que facilitaba que empresas como ACS pudieran tomar el control de Iberdrola. Aquella nueva norma, tramitada a través de una modificación de la ley de auditorias, fue aprobada por iniciativa del PSOE, el respaldo de Convergencia y la abstención del PP.
Prado es un financiero próximo a Florentino Pérez, cuyo holding, ACS, es el mayor accionista de Iberdrola, con el 18,5% del capital. Ya le ayudó en su día a tomar el control de Dragados sin lanzar una OPA por la totalidad del capital y después a vender el 45% de Unión Fenosa por 7.600 millones. Además, es uno de sus principales prestamistas en la compra de acciones de la eléctrica presidida por Ignacio Sánchez Galán.
De Guindos y Zapatero
Borja Prado siempre ha contado con un equipo de peso. Hasta diciembre tuvo en el consejo de administración de Endesa a Luis de Guindos, actual ministro de Economía y durante los últimos años uno de los asesores de cabecera en la oposición de Mariano Rajoy. De Guindos dejó su puesto cuando tomó la cartera ministerial tras percibir casi 360.000 euros en retribución del grupo energético.
Con anterioridad, Prado había mostrado su apoyo a las políticas industriales de Miguel Sebastián. En distintas ocasiones se fotografió con el exministro de Industria, especialmente en los actos de lanzamiento del proyecto del coche eléctrico, una iniciativa denostada por el resto de competidores, como Iberdrola, Gas Natural y Repsol.
También fue uno de los empresarios que viajo con Sebastián y con el propio Zapatero a China para respaldarlos en sus reuniones con el Gobierno del país comunista para atraer inversión a España, tanto en la compra de empresas como para la adquisición de deuda española.